02 May ¿En dónde encuentro mi alegría?
Dichoso el que se acerca a la fuerza de Dios.
Cuando uno grita, la vida escucha, siempre está cerca de los “dolidos y dolientes”, salva a los abatidos y aunque “el nuestro y justo sufra muchos males” de todos nos libra el tiempo Perfecto de Dios.
Los invito a animarnos y a encontrar la alegría presente en nuestras vidas y al comenzar mi día en oración, pido la gracia de alegrarme de lo que HAY.
Y sentir la libertad y alegría que encuentro cuando a Dios me acojo. Pero no se trata de una alegría superficial, de sonrisas vacías y fingidas, se trata más bien de una alegría honda y profunda, una alegría que no niega el dolor, sino que se anima a mirarlo a los ojos y a sostenerlo con la mirada tomada de la mano de mi Dios y así me puede ayudar pensar y sentir:
¿Qué lugar está ocupando la alegría en este tiempo?
Busco una alegría que amplía horizontes, renueva la esperanza y reviva deseos, una alegría que necesita ser compartida.
Felices, felices aquellos los de puro corazón.
Los que en cada mañana te sonríen con pasión.
Y te dicen mirándote con gozo, tenga usted un día hermoso más amable y más dichoso.
Felices los de limpio mirar que no saben de envidias, no saben juzgar.
Felices los que enrostrándole tu tristeza Y conocen tu belleza.
Felices los que nunca descansan en la lucha por La Paz una paz verdadera de justicia y verdad.
Los que entregan su vida sin medida por un mundo sin heridas.
Felices los que buscan la verdad.
Y que luchan por dar a cada hombre DIGNIDAD.
Los que al miedo salvaje derrotan y en la tierra son semilla que brota.
felices los que dicen hermano con nobleza y sin dobles.
Felices los que olvidan tu error y te abrigan sin rencor.
Porque ven que tu corazón palpita y que ven que en tu alma siempre habita un sueño que se agita.
Felices los que saben sufrir contigo en el Dolor y te dan una mano que te aprieta con calor.
Felices los que nunca se ríen de tu llanto porque son un nuevo canto es su alegría y su encanto.
Felices lo que conocen la pena más profunda y la pena donde abunda la entrega más fecunda.
Felices los que buscan y comparten su paz.
Felices los que te abrazan sin rencor.
Felices los que saben que la vida es un gran DON.
Felices los que buscan la verdad y respetan tu dignidad.
Felices.
Felices.
Felices.
Dejarse arrastrar por la alegría, es una gracia y un don que se trabaja, se busca y se pide, y te aseguro que lo obtienes.
Felices.
Felices.
Felices.
Covadonga
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